Tauromaquia... El arte del toreo

La Suerte Suprema

Picture
La muerte del toro en el ruedo es la culminación de una obra, como toda vida, termina en la muerte, la única certeza que tenemos siempre. Igual mueren otros animales para alimentar al hombre, y son tratados mucho peor que los toros de lidia. Llegan al matadero en un camión de mucho menos capacidad, asfixiándose, uno encima de otro y no los matan higiénicamente, sino en auténtico desangre. ¿Eso si es cruel, o no? En el ruedo, el toro muere peleando por su vida, y cumpliendo con su objetivo, que es el ser lidiado. Si se crían gallinas para hacer caldos, igual se crían toros para ser lidiados.

Lo anterior es muy importante, pues la raza del toro de lidia existe porque hay corridas, si no las hubiera sería una especie extinta. Según Carlos Yánez, matador ecuatoriano, “no existe ningún interés económico o comercial para su conservación y ni una sola asociación “Animalista” o “Ecologista” en el mundo que se haya interesado en criar toros de lidia y proteger de esta forma su especie”. Solamente los ganaderos vinculados con la fiesta brava se han preocupado de su cuidado y crianza siendo así los verdaderos ecologistas. Además, gracias a ellos el toro está en equilibrio ambiental en su entorno, lo que importa en el mundo animal no son los individuos, sino la especie, esa es una de las tantas diferencias que hay entre animales y hombres, y la especie del toro bravo va en ascenso cada vez más.


Además, en cuanto al Ecuador, la celebración de las corridas de toros generan muchas fuentes de empleo directas e indirectas. La fiesta taurina influye en el desarrollo de varios sectores económicos de relevancia para el país como son: el turismo, la gastronomía, el transporte, la música, las artesanías, entre otros.